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Las monjas del Whatsapp

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Cada mañana, camino del trabajo recostado en el asiento del autobús, Óscar recibe un mensaje por Whatsapp. Llega puntualmente entre las 7,30 y las 8 de la mañana para…

Las monjas de clausura de este monasterio burgalés se han hecho famosas entre una red de casi 1.000 contactos directos, a los que habría que sumar la capacidad multiplicadora de la red, que cada día reciben una breve historia bajo el lema ‘Vive de Cristo’ con el que cierran sus intervenciones. «A través de su vida ordinaria, partiendo de experiencias que les ocurren a ellas o pequeñas cosas que observan, transmiten la presencia de Dios en su vida», relata Óscar. «Y no son nada elevadas, sino muy sencillas».
Vía telefónica y de forma instantánea sus mensajes han llegado hasta todos los rincones del planeta. Les consta que tienen receptores de «el reto» en América, en Oceanía y en Asia. Su iniciativa empezó en la ‘era A.W.’ (antes del whatsapp) mediante mensajes de texto, pero subidas al carro de la aplicación verde han incrementado exponencialmente sus impactos.
«En estos tiempos nuevos la evangelización tiene otros medios», apunta Carmen, otra de las que cada mañana recibe los mensajes. Ella ha sido siempre una mujer cercana a la iglesia católica e interesada por la vida de las comunidades religiosas y ahora es una forma de ‘colarse’ entre las paredes de las dominicas de Lerma y conocer su día a día.
Las monjas han rechazado los intentos de este periódico por conceder una entrevista, pero sabemos muchos detalles de su iniciativa a través de un blog que abrieron hace unas semanas en la página web de Religión en Libertad. Allí se explica que sor Leticia, la maestra de novicias, es el ‘alma máter’ de esta iniciativa. La propia Leticia salió en estas páginas hace tres años porque en su juventud había sido practicante de esgrima e incluso fue invitada a los Juegos Olímpicos de Atlanta en el año 1996. Hoy ha cambiado el florete por el móvil y el ejercicio físico por el espiritual.
Ellas mismas cuentan que son siete dominicas las autoras de los textos diarios. Se van turnando en su redacción y por eso cada día lo primero que hacen es presentarse como sor Carmen, Inés, Aroa, Sión, Israel, Joane y la propia Leticia. Tocan temas muy variados. Estos últimos días, aprovechando las fechas navideñas, hablaron del acompañamiento, de cuidar las relaciones familiares y las amistades, pero también ha habido espacio incluso para hablar de algo tan profano como «el liderazgo empresarial». Por supuesto, en su relato Cristo era el jefe en el que se debe confiar para organizar el trabajo diario.
 
Un correo para ‘apuntarse’.
Las monjas han admitido en más de una ocasión que son incapaces de saber a cuánta gente les llegan sus mensajes matutinos. Ofrecen una dirección de correo electrónico (vivedecristo@gmail.com ) para quienes quieran dejar sus teléfonos y unirse a los grupos de whatsapp, y saben por ejemplo que llega a los internos de la prisión masculina de Pamplona.
Resulta difícil comprender desde fuera cómo se conjuga la privacidad de una clausura con la exposición pública que supone la difusión masiva. Ellas argumentan que lo único que hacen es transmitir sus vivencias desde el interior hacia el exterior, compartir desde el convencimiento de que, como dijo Benedicto XVI, los monasterios deben ser «oasis del espíritu». Fue el mismo Papa que se estrenó en Twitter. Y quién sabe si él también recibe el reto diario de las dominicas de Lerma.

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