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EL MOMENTO LLEGÓ

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Enseñanza para el III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B.

- v. 14  Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:

- v. 15  “El tiempo se ha cumplido: El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.

- v. 16  Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.

- v. 17  Jesús les dijo: “Síganme y yo los haré pescadores de hombres”.

- v. 18  Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.

- v. 19  Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo y a su hermano Juan, que estaba en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,

- v. 20  y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornales, lo siguieronMc. 1, 14-20

 

Introduccion:

Comienza este domingo una lectura casi continua del Evangelio de Marcos. La mayor parte de los domingos de este ciclo, se leerán textos extraídos de este Evangelio, que es el más antiguo de los cuatro que la Iglesia reconoce como canónicos.

Su autor fue un discípulo o más exactamente un “intérprete” del Apóstol Pedro.  Se atribuye la autoría a Juan Marcos que se nombra en el libro de los Hechos (Hch. 12,12-25; 13,13) y que envía saludos en Col. 4,10.

Según la tradición, Juan Marcos escribió su evangelio después de la muerte de Pedro (año 64) y antes de la destrucción de Jerusalén en la guerra judío-romana (año 70). En cuanto al lugar de composición, Roma es la hipótesis más aceptada, así lo avala la tradición. Además ciertas referencias del mismo evangelio nos hablan de un “ambiente romano” o por lo menos “no judío”, como por ejemplo, la utilización de palabras romanas, algunas de ellas: legión, denario, jarras, flagelar, centurión, etc.; la explicación de las costumbres judías que aparecen en su relato y la traducción de las expresiones arameas que utiliza en varias ocasiones: Talitá Kum, “Niña yo te lo ordeno, ¡Levántate¡”(Mc.5,41);  Effetá, “Abrete” (Mc. 7,34); Abba, “Padre” (Mc. 14,36); Eloi, Eloi, lamá sabactani, “Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado?” (Mc. 15,34).

Hasta fines del siglo XIX se prestó  muy poca atención a este Evangelio. Se lo había relegado a un segundo plano en comparación con los demás sinópticos, ya sea por su estilo parco, pobre de vocabulario y monótono o porque no ofrecía nada nuevo de lo que se encuentra mejor elaborado en los demás evangelios. Todo comenzó a cambiar cuando durante el siglo XX la crítica de la época lo descubrió como el primero (más antiguo) de los  testimonios escritos sobre Jesús.

 La obra de Marcos contiene poco discursos, se interesa más por las acciones que por las palabras de Jesús. El Evangelio destaca especialmente la humanidad de Jesús y a partir de ella, lleva progresivamente a descubrir en Él, al “Hijo de Dios” (Mc. 15,38).

En el texto que nos trae la liturgia para este domingo se encuentran dos partes bien diferenciadas, desarrolladas después de su bautismo: primero el comienzo de la proclamación de la Buena Noticia en Galilea y a continuación el llamado a los primeros discípulos.

 

Aportes para la Lectura:

 - v. 14  San Marcos señala que Juan Bautista fue encarcelado antes de que Jesús iniciara su predicación. Con esto establece un claro corte entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Con Juan Bautista termina el tiempo de la espera y cuando es llevado a la cárcel, Jesús inaugura los tiempos del cumplimiento, es decir que ha llegado el momento preciso que todos han estado esperando. Al decir que “se ha cumplido”, indica que ese momento ya estaba fijado de antemano en el “Plan de Salvación” establecido por el mismo Dios.

Jesús se dirige a Galilea, región menospreciada por los judíos, por tratarse de una zona vecina a poblaciones paganas que influían en sus costumbres, en su religiosidad y en su hablar. “Verás que de Galilea no surge ningún profeta” (Jn. 7,52) o “Acaso puede salir algo bueno de Nazaret” (Jn.1,46)

 

- v. 15  La Buena Noticia que Jesús anuncia a todos los hombres, es la llegada del Reino de Dios. Este Reino, según el Antiguo Testamento, consiste en la realización completa de la voluntad del Padre en este mundo.

Jesús exhorta a la “conversión”. La palabra griega empleada por el autor es “metanoia” que significa: cambiar de opinión, arrepentirse, cambiar de vida, cambiar de actitud. Esto indica que el Reino tendrá que comenzar en el interior del hombre, en lo profundo del corazón. El reino comenzará en aquellos que abandonen su mal proceder, renuncien al seguimiento de sus malas inclinaciones y busquen el bien.

 

“Creer en la Buena Noticia” es aceptar con confianza el anuncio de Dios por medio de su Hijo, dar crédito a sus palabras, tenerlas por verdaderas, es decir confiar en la persona que la dice.

 

- v. 16  En la segunda parte del relato, el autor anuncia que la primera tarea que realiza Jesús es buscar colaboradores para llevar a cabo su misión. Tarea que no desea hacer solo.

            Mientras caminaba por la orilla del mar de Galilea, (conocido también  como lago de Tiberíades, Genezaret, Kinneret o Genesar), se dirige a dos hermanos: a Pedro y a Andrés, hombres sencillos que se ganaban la vida con la actividad de la pesca y que en ese momento estaban desempeñando su tarea cotidiana. En tiempos de Jesús, el oficio de pescador era bien considerado por la gente. La pesca era un recurso económico muy importante y constituía uno de los pilares de la alimentación del pueblo. El mar de Galilea era especialmente rico en peces y en sus costas se procesaba el pescado a través de la salazón o el ahumado, para después distribuirlo en toda Palestina.

 

- v. 17  Jesús llama a los hermanos a seguirle.  El verbo “seguir” se emplea fundamentalmente para hablar del seguimiento de Jesús y solo rara veces para referirse a otra cosa. De las 79 veces que aparece el verbo seguir en los evangelios, 73 están relacionadas con Jesús.

El Evangelio, además, dice que Jesús llama a los discípulos para hacerlos “pescadores de hombres”, es decir, que en adelante deberán salir a reunir a otros, así como hasta entonces juntaban los  peces en la red.

 

- v. 18  La respuesta de los dos hermanos es inmediata. La invitación parece apremiante y no hay tiempo para habituarse a la idea de seguirle. Dejan su elemento de trabajo (las redes) y le siguen. No son profesionales de la religión (sacerdotes, escribas) sino son simples seres humanos que se ocupan de sus trabajos. A diferencia de los estudiantes judíos de la época que elegían ellos un maestro prestigioso para formarse, aquí es Jesús el que llama a sus discípulos.

 

- v. l9 A continuación se describe un segundo llamado, que tiene el mismo significado que el primero. Ahora los llamados son los hermanos Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban arreglando las redes y sin esperar que terminen su trabajo, Jesús los llama para que lo mismo que Andrés y Pedro, vayan a colaborar en la tarea de anunciar la llegada del Reino.

 

- v. 20 La repuesta es la misma que la de los otros hermanos, el texto dice que dejando a su padre con los jornaleros, siguen a Jesús. Esto nos deja traslucir que por lo menos estos dos últimos, dejan un negocio próspero y seguro para seguir a Jesús.  

 

Aportes para la Meditación:

Jesús siempre toma la iniciativa. Debemos tener presente que hoy también nos sigue llamando.  ¿Estamos atentos para escuchar esa llamada? ¿Cuál será nuestra respuesta?

El Reino de Dios está presente, la fuerza del Espíritu Santo nos impulsa a descubrirla y a hacerla realidad ¿De qué manera aportamos lo que es propio del Reino de Dios –amor, paz, justicia- en nuestra vida cotidiana?

Jesús nos llama a convertirnos. ¿En qué debemos cambiar? ¿En qué situaciones, o ante qué personas, debemos cambiar de actitud para vivir como Jesús?

            Ser discípulo de Jesús implica siempre desprendimiento y renuncia. Los primeros al ser llamados dejaron su trabajo, sus posesiones y sus familias. ¿De que cosas estamos dispuestos a desprendernos para ayudar a nuestros hermanos a tener un encuentro con Cristo?

A los discípulos los envió llamándolos “pescadores de hombres” ¿A quienes nos envía hoy Jesús?

 

Modelo de Oración

 

Señor:

abre mi oído interior

para que pueda escuchar

cada día tu llamado.

Sácame de mi comodidad

para que yo esté donde Tú me precisas,

donde mi presencia y mi palabra

sean necesarias para que te conozcan

            Es bueno recordar que en el caso que se realice la lectio de forma comunitaria, una celebración puede ayudar a este paso. Tal vez, trabajar con una red y en ella atados papeles con el nombre de las cosas que no nos dejan seguirlo a Jesús, puede ayudar.     

 

Contemplación/Compromiso:

La contemplación, nos invita a recorrer, silenciosamente, en nuestra mente y en nuestro corazón lo que Dios nos ha mostrado durante esta lectio y nos ilumina a realizar un compromiso determinado, el cual debe ser concreto y debe implicar una respuesta a lo que Dios me pide.

 

 

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