El Día Mundial contra el Acoso Escolar nos invita a alzar la voz por aquellos que han sido silenciados por el miedo o la vergüenza. Es un llamado a mirar con atención lo que a veces se esconde tras una media sonrisa o un silencio prolongado. Por eso, Prevenir el acoso no es solo una responsabilidad compartida, sino un acto de amor y humanidad: educar en la empatía, fomentar el respeto y construir entornos seguros donde cada niño y adolescente pueda crecer sin temor.¡Actuar a tiempo puede cambiar una vida! No miremos hacia otro lado; ser parte de la solución es sembrar un futuro con dignidad y esperanza.
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