Queridos hermanos:

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Este tiempo de cuaresma es una preciosa oportunidad para ir con Jesús al desierto. Más allá de un tiempo de privaciones y sacrificios, que lo es, es un tiempo de estar a solas con Jesús, libres de distracciones, experimentando la cercanía del Señor a través del ayuno, la oración y la limosna. Es el Espíritu Santo el protagonista de este tiempo, no son nuestras fuerzas o propósitos. Más que desplegar un programa preconcebido, la cuaresma nos invita a vivir una experiencia con Dios, a dejarnos sorprender, a aprender a esperar la resurrección del Señor.

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Vivámoslo con alegría. Dios los bendiga.

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P. Astolfo